lunes, 6 de mayo de 2013

FORMAR EN EMOCIONES


La resiliencia ha sido reconocida como un aporte a la promoción de la salud mental, así entrenarla es vital ya que resulta enriquecedora del potencial humano.

Es importante que esta perspectiva, cada vez esté más integrada en las empresas y se conviertan en “Empresas resilientes” para ello lo importante es que la organización se marque como perspectiva,  formar y capacitar a sus empleados en el perfeccionamiento de la resiliencia, ya que, indefectiblemente beneficia a la empresa que todos se superen día a día, no sólo en las competencias técnicas sino en lo emocional, para mejorar el clima laboral y enfrentar cualquier crisis socio-económica o cambio importante que pudiese surgir, como las actuales situaciones que muchas organizaciones están viviendo.

El ámbito laboral puede ser un lugar estresante por algunas condiciones que requieren algún tipo de adaptabilidad especial. La falta de iluminación, elementos de trabajo, comodidad para realizar las tareas, cambios de días y horarios o lugares de trabajo, relaciones interpersonales conflictivas, viajes constantes, superposición de roles, plazos de entrega de trabajo poco flexibles, generan altos niveles de negatividad y frustración.  

Los desafíos que proponen los lugares de trabajo, en la actualidad, suponen una gran carga de tensión para la mayoría de las personas.





Fomentar la capacidad de ser resilientes, significa atravesar los desafíos con la mayor naturalidad posible, mantener el buen nivel de relaciones interpersonales, la calidad de vida en el trabajo, el desempeño, la productividad, a pesar de las dificultades es una competencia clave, que muchas organizaciones se han propuesto fomentar entre sus empleados.

Desde Lifebalance sabemos la importancia de trabajar desde el ámbito de las organizaciones la dimensión emocional, ya que las empresas que forman en dichas competencias y concretamente en resiliencia, activan seis puntos fundamentales en las relaciones laborales:
  1. Buscan favorecer los contactos cara a cara entre empleados de manera no conflictiva.
  2. Aplican políticas claras consensuadas entre todos.
  3. Incentivan la cooperación y buena convivencia.
  4. Se fomenta el aprendizaje mutuo de dar y recibir apoyo y afecto.
  5. Se ponen metas realistas para desarrollar la autoestima de los empleados.
  6. Promueven la participación de todos en la toma de decisiones.

Si a los puntos anteriores sumamos la práctica de incentivar a los equipos a través de charlas coloquio, talleres acerca de temas que van más allá de lo meramente laboral, sobre cómo  llevar una vida sana a través de una alimentación saludable, el ejercicio, la utilización del ocio personal y familiar, la resiliencia será potenciada y mejorarán las relaciones y la capacidad de superar situaciones estresantes, que no repercutirán en otros ámbitos del trabajador.

La resiliencia no es solo un concepto más dentro de la psicología laboral, sino que es una gran herramienta que otorga una ventaja competitiva al grupo de trabajo, para  atravesar situaciones que generan frustración y resistencia, de manera positiva, convirtiendo a cada momento difícil en una oportunidad de crecimiento.

Por eso desde Lifebalance sabemos que es ganancia segura que las empresas den el gran salto formativo encaminado a que sus empleados manejen, no las habilidades técnicas como se ha venido haciendo hasta la actualidad, sino la importante dimensión emocional.

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