La resiliencia ha sido reconocida
como un aporte a la promoción de la salud mental, así entrenarla es vital ya que resulta enriquecedora del
potencial humano.
Es importante que
esta perspectiva, cada vez esté más integrada en las empresas y se conviertan
en “Empresas resilientes” para ello lo importante es que la organización se marque
como perspectiva, formar y capacitar a
sus empleados en el perfeccionamiento de la resiliencia, ya que,
indefectiblemente beneficia a la empresa que todos se superen día a día, no
sólo en las competencias técnicas sino en lo emocional, para mejorar el clima
laboral y enfrentar cualquier crisis socio-económica o cambio importante que
pudiese surgir, como las actuales situaciones que muchas organizaciones están viviendo.
El ámbito laboral puede ser un lugar estresante por algunas condiciones que requieren algún tipo de adaptabilidad especial. La falta de iluminación, elementos de trabajo, comodidad para realizar las tareas, cambios de días y horarios o lugares de trabajo, relaciones interpersonales conflictivas, viajes constantes, superposición de roles, plazos de entrega de trabajo poco flexibles, generan altos niveles de negatividad y frustración.
Los desafíos que proponen los lugares de trabajo, en la actualidad, suponen una gran carga de tensión para la mayoría de las personas.
Fomentar la
capacidad de ser resilientes, significa atravesar los desafíos con la mayor
naturalidad posible, mantener el buen nivel de relaciones interpersonales, la
calidad de vida en el trabajo, el desempeño, la productividad, a pesar de las
dificultades es una competencia clave, que muchas organizaciones se han
propuesto fomentar entre sus empleados.
Desde
Lifebalance sabemos la importancia de trabajar desde el ámbito de las
organizaciones la dimensión emocional, ya que las empresas que forman en dichas competencias y concretamente en resiliencia, activan seis puntos fundamentales en las relaciones laborales:
- Buscan favorecer los contactos cara a cara entre empleados de manera no conflictiva.
- Aplican políticas claras consensuadas entre todos.
- Incentivan la cooperación y buena convivencia.
- Se fomenta el aprendizaje mutuo de dar y recibir apoyo y afecto.
- Se ponen metas realistas para desarrollar la autoestima de los empleados.
- Promueven la participación de todos en la toma de decisiones.
Si a los puntos
anteriores sumamos la práctica de incentivar a los equipos a través de charlas
coloquio, talleres acerca de temas que van más allá de lo meramente laboral, sobre cómo llevar una vida sana a través de una
alimentación saludable, el ejercicio, la utilización del ocio personal y
familiar, la resiliencia será potenciada y mejorarán las relaciones y la
capacidad de superar situaciones estresantes, que no repercutirán en otros
ámbitos del trabajador.
La resiliencia
no es solo un concepto más dentro de la psicología laboral, sino que es una
gran herramienta que otorga una ventaja competitiva al grupo de trabajo,
para atravesar situaciones que generan frustración y resistencia, de
manera positiva, convirtiendo a cada momento difícil en una oportunidad de
crecimiento.
Por eso desde Lifebalance
sabemos que es ganancia segura que las empresas den el gran salto formativo encaminado a que sus empleados manejen, no las habilidades técnicas como se ha venido haciendo hasta la actualidad, sino la importante dimensión emocional.
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