lunes, 18 de febrero de 2013


CUIDAR AL EMPLEADO, ES CUIDAR LA EMPRESA Y NUESTRA SOCIEDAD.






En las últimas décadas se han vivido importantes cambios sociales. Uno de los de mayor impacto ha sido el acceso  e incorporación de la mujer al mercado laboral, lo que ha supuesto un gran cambio en el reparto de tareas domésticas y responsabilidades familiares. Otro de los cambios importantes es la transformación sufrida en la escala de valores de sociedades desarrolladas o emergentes, cambiando las prioridades de los empleados, que han pasado a anteponer la mera recompensa económica  por el trabajo realizado, a valorar prioritariamente aspectos ligados a una determinada calidad de vida, como disponer de tiempo libre para uno mismo y/o ara su familia.

Sin embargo, estos cambios sociales no se han integrado totalmente dentro de las empresas por lo que queda aun camino que recorrer, para que se integren y vean reflejados en el ámbito laboral. Por esto es necesario que las empresas adapten sus respuestas a los nuevos cambios sociales y ofrezcan medidas y servicios reales y eficientes para compaginar las responsabilidades familiares y laborales, sin distinción de género, tipología familiar, etc. de tal forma que así por un lado se potencie la facilidad de las mujeres para incorporarse en aquellos puestos en los que su cualificación lo permita o que los hombres decidan corresponsabilizarse en igual grado con las tareas domésticas y responsabilidades familiares, de tal forma que en dichas elecciones la dimensión familiar o el desarrollo profesional no  suponga una interferencia  en la toma de decisiones ni repercuta negativamente en sus vidas.

Como consecuencia de ello, todavía muchas personas se ven incapaces de compaginar sus responsabilidades familiares con las del trabajo, repercutiendo negativamente en su rendimiento laboral, causando absentismo, menor compromiso, insatisfacción, estrés o pérdida de trabajadores cualificados.

Es importante que, mientras se logra un acuerdo en dichos temas, las empresas valoren e integren en el ámbito de la responsabilidad empresarial la aplicación de políticas familiarmente responsables  como oportunidad para conseguir mayores beneficios. Resulta clave el análisis de las necesidades y características particulares de la empresa, planificar en consecuencia y aprovechar las ayudas públicas para aplicarlas en determinadas situaciones, convirtiéndolas en valor añadido.

Teniendo en cuenta medidas eficaces de conciliación y adaptadas a necesidades verdaderas, como sociedad no perderemos una parte del talento y el potencial profesional de las personas ya que lo verdaderamente importante es que prime la corresponsabilidad, contribuyendo de esta manera al desarrollo no solo personal – profesional, sino también familiar, colectivo y social.

Como conclusión, podemos asegurar, que cuidar al empleado y ocuparse de la mejora en el equilibrio emocional y familiar, en autoestima, motivación, satisfacción personal y calidad de vida, suponen un beneficio para los empleados y eso siempre es positivo desde la óptica empresarial.

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