lunes, 10 de junio de 2013

CONCILIAR II: LA IMPORTANCIA DE UNA AUTORIDAD POSITIVA. Lo que hemos de hacer como padres.

En el post Life Balance del lunes pasado, aprendimos como conciliar evitando algunos errores, que como padres mantenemos con nuestros hijos y siendo conscientes de esto nos evitaremos muchos disgustos en la vuelta del trabajo a casa.

Una vez que sabemos lo que hemos de evitar, hoy la Fundación O’Belén os quiere acercar algunos “trucos” sencillos que trabajamos en profundidad en las escuelas de familia - empresa, para fomentar la armonía  y reducir los problemas familiares, encaminados a ofrecer un desarrollo equilibrado a los hijos y proporcionar paz a las personas y al hogar, como ya os anticipamos la semana pasada.

Estas pautas sólo requieren, por un lado, del convencimiento -muy importante- de que son efectivas y, por otro, de llevarlas a la práctica de manera constante y coherente.

Algunas de estas técnicas ya han sido comentadas al hablar en el anterior post de  los errores. 
En este post de hoy,  enunciaremos brevemente, actuaciones concretas y positivas que ayudan a tener prestigio y autoridad positiva ante los hijos:

  • Tener unos objetivos claros de lo que pretendemos cuando educamos. Es la primera condición sin la cual podemos dar muchos palos de ciego.
  • Enseñar con claridad cosas concretas. Al niño no le vale decir "sé bueno", "pórtate bien" o "come bien".
  • Dar tiempo de aprendizaje. Una vez hemos dado las instrucciones concretas y claras, las primeras veces que las pone en práctica, necesita atención y apoyo mediante ayudas verbales y físicas, si es necesario.
  • Valorar siempre sus intentos y sus esfuerzos por mejorar, resaltando lo que hace bien y pasando por alto lo que hace mal.
  • Dar ejemplo para tener fuerza moral y prestigio. Sin coherencia entre las palabras y los hechos, jamás conseguiremos nada.
  • Confiar en nuestro hijo. La confianza es una de las palabras clave. La autoridad positiva supone que el niño tenga confianza en los padres.
  • Actuar y huir de los discursos. Una vez que el niño tiene claro cual ha de ser su actuación, es contraproducente invertir el tiempo en discursos para convencerlo.
  • Reconocer los errores propios. Nadie es perfecto, los padres tampoco. El reconocimiento de un error por parte de los padres da seguridad y tranquilidad al niño/a y le anima a tomar decisiones aunque se pueda equivocar

Todo esto sin olvidar que Educar es estimar. El amor hace que las técnicas no conviertan la relación en algo frío, rígido e inflexible y, por lo tanto, superficial y sin valor a largo plazo. El amor supone tomar decisiones que a veces son dolorosas, a corto plazo, para los padres y para los hijos, pero que después son valoradas de tal manera que dejan un buen sabor de boca y un bienestar interior en los hijos y en los padres.

Feliz día de conciliación.



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