En el post Life
Balance del lunes pasado, aprendimos como conciliar evitando algunos errores,
que como padres mantenemos con nuestros hijos y siendo conscientes de esto
nos evitaremos muchos disgustos en la vuelta del trabajo a casa.
Una vez que sabemos lo que hemos de evitar, hoy la
Fundación O’Belén os quiere acercar algunos “trucos” sencillos que trabajamos en profundidad en las escuelas de familia - empresa, para fomentar la
armonía y reducir los problemas
familiares, encaminados a ofrecer un desarrollo equilibrado a los hijos y
proporcionar paz a las personas y al hogar, como ya os anticipamos la semana pasada.
Estas pautas sólo requieren, por un lado, del
convencimiento -muy importante- de que son efectivas y, por otro, de llevarlas a
la práctica de manera constante y coherente.
Algunas de estas técnicas ya han sido comentadas al hablar
en el anterior post de los errores.
En
este post de hoy, enunciaremos brevemente, actuaciones concretas y positivas que ayudan a tener prestigio y autoridad positiva ante
los hijos:
- Tener unos objetivos claros de lo que pretendemos cuando educamos. Es la
primera condición sin la cual podemos dar muchos palos de ciego.
- Enseñar con claridad cosas concretas. Al niño no
le vale decir "sé bueno", "pórtate bien" o "come
bien".
- Dar tiempo de aprendizaje. Una vez hemos dado las instrucciones concretas y
claras, las primeras veces que las pone en práctica, necesita atención y
apoyo mediante ayudas verbales y físicas, si es necesario.
- Valorar siempre sus intentos y sus esfuerzos por mejorar, resaltando lo que hace bien y
pasando por alto lo que hace mal.
- Dar ejemplo para tener fuerza moral y prestigio. Sin
coherencia entre las palabras y los hechos, jamás conseguiremos nada.
- Confiar en nuestro hijo. La confianza es una de las palabras clave. La
autoridad positiva supone que el niño tenga confianza en los padres.
- Actuar y huir de los discursos. Una vez que el niño tiene claro
cual ha de ser su actuación, es contraproducente invertir el tiempo en
discursos para convencerlo.
- Reconocer los errores propios. Nadie es perfecto, los padres
tampoco. El reconocimiento de un error por parte de los padres da
seguridad y tranquilidad al niño/a y le anima a tomar decisiones aunque se
pueda equivocar
Todo esto sin olvidar que Educar es estimar. El amor hace que las
técnicas no conviertan la relación en algo frío, rígido e inflexible y, por lo
tanto, superficial y sin valor a largo plazo. El amor supone
tomar decisiones que a veces son dolorosas, a corto plazo, para los padres y para los hijos, pero que después son
valoradas de tal manera que dejan un buen sabor de boca y un bienestar interior
en los hijos y en los padres.
Feliz día de conciliación.
+ info:https://www.obelen.es/
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