Corresponsabilidad y
pareja son
dos palabras que deberían ir enlazadas. El reparto de responsabilidades es cosa
de dos, y la unión de una pareja funcionará mucho mejor si esas dos personas se
implican por igual en la rutina diaria/ familiar que han decidido compartir.
Al igual que consideramos desde la Fundación O' Belén que una sociedad es mucho más
saludable y eficiente si toda su comunidad se siente partícipe de ella y si sus
miembros de comprometen activamente para hacerla funcionar, pensamos también que una
relación es mucho más duradera y sana si los dos se esfuerzan y ponen sus
energías en ella.
El secreto es motivarte y motivar, dar y
recibir, ser un soporte incondicional y al mismo tiempo dejarle claro a tu
pareja que su apoyo es también fundamental para ti.
Esta filosofía debe aplicarse también en el
ámbito de las tareas domésticas. Aunque sea uno de los temas menos atractivos,
sobre todo en la actualidad que ambas personas dedican su tiempo además de al
hogar, al trabajo y esto puede desencadenar fácilmente discusiones entre la
pareja, dado que las actividades en casa son parte de la rutina diaria.
Las tareas del hogar requieren
corresponsabilidad. Desde el primer día es adecuado cultivar la
corresponsabilidad: división equilibrada de las tareas, que primero serán tan
simples como cocinar o limpiar, y en un futuro pueden suponer educar y cuidar a
los hijos.
Desde los Programas Life Balance
consideramos que el objetivo es conseguir que las tareas se realicen de forma
igualitaria sin renunciar a la calidad de vida. No se trata de priorizar
ni una cosa ni la otra, sino de fusionarlas y decidir cómo lidiar con las tareas
sin que sean una sobrecarga.
En cuanto a la corresponsabilidad, tiene
que quedar muy claro que uno/a no ayuda, puesto que la ayuda se ofrece
para solucionar asuntos ajenos, sino que se colabora se trabajar de
forma común. Si, por ejemplo, uno de los miembros de la pareja trabaja muchas
más horas fuera de casa y cuando llega está cansado, esa ha sido su decisión y,
por tanto, no le exime de asumir su responsabilidad en el hogar. Quizá si no
sería adecuado restablecer sus prioridades y por su puesto conciliar. Porque la
corresponsabilidad no sólo facilita el día a día, sino que establece una base
sólida entre dos.
La corresponsabilidad, por tanto, requiere
un gran esfuerzo por ambas partes y no es tarea fácil. Aún así, tal esfuerzo
se ve premiado con la garantía de una relación más estable y saludable, ya que
la unión hace la fuerza. Y un gran poder siempre requiere una gran
responsabilidad.
+ info:https://www.obelen.es/
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