lunes, 17 de junio de 2013

CORRESPONSABILIDAD, COSA DE DOS.

Corresponsabilidad y pareja son dos palabras que deberían ir enlazadas. El reparto de responsabilidades es cosa de dos, y la unión de una pareja funcionará mucho mejor si esas dos personas se implican por igual en la rutina diaria/ familiar que han decidido compartir.
Al igual que  consideramos desde la Fundación O' Belén que una sociedad es mucho más saludable y eficiente si toda su comunidad se siente partícipe de ella y si sus miembros de comprometen activamente para hacerla funcionar, pensamos también que una relación es mucho más duradera y sana si los dos se esfuerzan y ponen sus energías en ella.

El secreto es motivarte y motivar, dar y recibir, ser un soporte incondicional y al mismo tiempo dejarle claro a tu pareja que su apoyo es también fundamental para ti.

Esta filosofía debe aplicarse también en el ámbito de las tareas domésticas. Aunque sea uno de los temas menos atractivos, sobre todo en la actualidad que ambas personas dedican su tiempo además de al hogar, al trabajo y esto puede desencadenar fácilmente discusiones entre la pareja, dado que las actividades en casa son parte de la rutina diaria.
Las tareas del hogar requieren corresponsabilidad. Desde el primer día es adecuado cultivar la corresponsabilidad: división equilibrada de las tareas, que primero serán tan simples como cocinar o limpiar, y en un futuro pueden suponer educar y cuidar a los hijos.

Desde los Programas Life Balance consideramos que el objetivo es conseguir que las tareas se realicen de forma igualitaria sin renunciar a la calidad de vida. No se trata de priorizar ni una cosa ni la otra, sino de fusionarlas y decidir cómo lidiar con las tareas sin que sean una sobrecarga.



En cuanto a la corresponsabilidad, tiene que quedar muy claro que uno/a no ayuda, puesto que la ayuda se ofrece para solucionar asuntos ajenos, sino que se colabora se trabajar de forma común. Si, por ejemplo, uno de los miembros de la pareja trabaja muchas más horas fuera de casa y cuando llega está cansado, esa ha sido su decisión y, por tanto, no le exime de asumir su responsabilidad en el hogar. Quizá si no sería adecuado restablecer sus prioridades y por su puesto conciliar. Porque la corresponsabilidad no sólo facilita el día a día, sino que establece una base sólida entre dos.

La corresponsabilidad, por tanto, requiere un gran esfuerzo por ambas partes y no es tarea fácil. Aún así, tal esfuerzo se ve premiado con la garantía de una relación más estable y saludable, ya que la unión hace la fuerza. Y un gran poder siempre requiere una gran responsabilidad.


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