martes, 12 de marzo de 2013

UN MAL JEFE PUEDE DAÑAR EL CORAZÓN, UN BUEN JEFE ALARGARLE LA VIDA

¿Se ha planteado alguna vez que la actitud de su superior puede repercutir en su salud? 



Haciéndonos eco de que el día 14 de marzo se celebra el día de la prevención del riesgo cardiovascular, vamos a hablar no sólo de lo importante que es tener un ambiente saludable en la oficina, ya que como empleados pasamos muchas horas de nuestra vida en el entorno laboral, sino lo importante que es también rodearse de buenos profesionales y mejores jefes, ya que estos influyen en la esperanza de vida de sus trabajadores y pueden ser perjudiciales para su corazón. Y no lo mencionamos en sentido figurado…;

Un equipo de investigadores suecos a  través de un estudio realizado basado en administración de un cuestionario a más de 3.000 empleados varones de la zona metropolitana de Estocolmo y durante aproximadamente una década, estudiaron la experiencia laboral de cada participante, analizando cómo se sentían en su entorno de trabajo, entre otras variables. Los individuos debían definir la actitud de su jefe, si era buen comunicador, dejaba claros los objetivos, sabía adaptarse a los cambios, etc.
Además, los investigadores controlaron si los participantes sufrían algún problema de salud, prestando especial atención a la existencia de cardiopatías isquémicas, un trastorno que se produce cuando el flujo sanguíneo que llega al corazón no es suficiente (cuando esta interrupción es duradera tienen lugar los infartos).
Al analizar sus datos, los investigadores comprobaron que había más casos de problemas cardiovasculares entre aquellos que manifestaban sufrir a un mal jefe. "Y la asociación era más clara cuanto más tiempo llevara el participante trabajando en el mismo sitio, lo que sugiere un efecto acumulativo", explican los autores en su trabajo, que se publica en la revista 'Occupational and Environmental Medicine'.
Aunque estos científicos no han podido aclarar las posibles causas de esta relación, sí sugieren que la clave puede estar en el estrés que sufren los empleados sometidos a una dirección poco adecuada, un factor que en otras ocasiones ya se ha señalado como capaz de elevar el riesgo cardiovascular.
"Si esta asociación concreta entre actitudes de dirección y cardiopatía isquémica es causal, sería necesario promover intervenciones en los lugares de trabajo que se centraran en el comportamiento de los jefes, para conseguir que se dieran objetivos claros de trabajo, información y el poder adecuado a las responsabilidades de cada uno".

Desde la Fundación Internacional O`Belén consideramos  la importancia de ser un buen jefe, ya que la actitud de un superior puede influir en la esperanza de vida de los trabajadores. 
Esto se justifica por cifras como la de un estudio realizado por el Instituto Finlandés de Salud Laboral en el que se refleja que las personas bajo la supervisión de un buen jefe tienen un 27% menos de riesgo de enfermar.
"Un buen jefe es un determinante de salud que disminuye los riesgos de padecer ciertas enfermedades",afirma Antonio Hernández, especialista en Medicina del trabajo. "Cuando estás mal emocionalmente eso se refleja en tu cuerpo".
Un mal ambiente laboral, un liderazgo ambivalente, el estrés y la ansiedad que provoca un mal jefe pueden derivar en un ritmo cardiaco descompensado, trastornos del sueño, problemas gástricos... y  esto trae malas consecuencias  para la propia empresa ya que sabemos que sólo cuando uno está relajado dedica su energía al trabajo y no a agentes externos.
Así es importante que conozcamos ¿de qué está hecho el jefe saludable? Hernández 
asevera que "Es alguien que sabe recompensar, distribuir la cantidad de trabajo y, sobre todo,que identifica rápidamente los conflictos por los que puede estar pasando su empleado".

Algunas prescripciones que la Fundación O'Belén hace  de un “buen jefe" contarían con:
-Ofrecer una visión concreta de los procesos:Traslada su perspectiva y compartir con 
sus empleados la información.
-Dar competencias: Forma, enseña, capacita y sabe delegar en los miembros de su equipo.
-Desarrollar: Evalúa el desempeño de sus colaboradores. Premia los buenos resultados y ayuda y proporciona herramientas para a corregir los errores.
-Ser Optimista: Crea un buen ambiente de trabajo; se divierte trabajando y lo contagia.

¿Se anima a autoevaluarse?



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