Haciéndonos
eco de que el día 14 de marzo se celebra el día de la prevención del riesgo
cardiovascular, vamos a hablar no sólo de lo importante que es tener un
ambiente saludable en la oficina, ya que como empleados pasamos muchas horas de
nuestra vida en el entorno laboral, sino lo importante que es también rodearse
de buenos profesionales y mejores jefes, ya que estos influyen en la esperanza
de vida de sus trabajadores y pueden ser perjudiciales para su corazón. Y no lo mencionamos en
sentido figurado…;
Un equipo de investigadores suecos a través de un estudio realizado basado en administración
de un cuestionario a más de 3.000 empleados varones de la zona
metropolitana de Estocolmo y durante aproximadamente una década, estudiaron la
experiencia laboral de cada participante, analizando cómo se sentían en su
entorno de trabajo, entre otras variables. Los individuos debían definir la
actitud de su jefe, si era buen comunicador, dejaba claros los objetivos, sabía
adaptarse a los cambios, etc.
Además, los investigadores controlaron si los participantes sufrían algún
problema de salud, prestando especial atención a la existencia de cardiopatías
isquémicas, un trastorno que se produce cuando el flujo sanguíneo que llega al
corazón no es suficiente (cuando esta interrupción es duradera tienen lugar los
infartos).
Al analizar sus datos, los investigadores comprobaron que había más
casos de problemas cardiovasculares entre aquellos que manifestaban
sufrir a un mal jefe. "Y la asociación era más clara cuanto más tiempo
llevara el participante trabajando en el mismo sitio, lo que sugiere un efecto
acumulativo", explican los autores en su trabajo, que se publica en la
revista 'Occupational and Environmental Medicine'.
Aunque estos científicos no han podido aclarar las posibles causas de esta
relación, sí sugieren que la clave puede estar en el estrés que sufren los
empleados sometidos a una dirección poco adecuada, un factor que en otras
ocasiones ya se ha señalado como capaz de elevar el riesgo cardiovascular.
"Si esta asociación concreta entre actitudes de dirección y
cardiopatía isquémica es causal, sería necesario promover
intervenciones en los lugares de trabajo que se centraran en el
comportamiento de los jefes, para conseguir que se dieran objetivos claros de trabajo, información y
el poder adecuado a las responsabilidades de cada uno".
Desde la Fundación Internacional O`Belén
consideramos la importancia de ser un buen jefe, ya que la actitud
de un superior puede influir en la esperanza de vida de los trabajadores.
Esto se justifica por cifras como la de un
estudio realizado por el Instituto Finlandés de Salud Laboral en el que se
refleja que las personas bajo la supervisión de un buen jefe
tienen un 27% menos de riesgo de enfermar.
"Un buen jefe es un determinante
de salud que disminuye los riesgos de padecer ciertas enfermedades",afirma
Antonio Hernández, especialista en Medicina del trabajo. "Cuando
estás mal emocionalmente eso se refleja en tu cuerpo".
Un mal ambiente laboral, un liderazgo
ambivalente, el estrés y la ansiedad que provoca un mal jefe pueden
derivar en un ritmo cardiaco descompensado, trastornos del sueño, problemas
gástricos... y esto trae malas consecuencias para la propia empresa
ya que sabemos que sólo cuando uno está relajado dedica su energía al
trabajo y no a agentes externos.
Así es importante que conozcamos ¿de qué
está hecho el jefe saludable? Hernández
asevera que "Es alguien
que sabe recompensar, distribuir la cantidad de trabajo y, sobre todo,que identifica rápidamente los conflictos por los que puede estar pasando su
empleado".
Algunas prescripciones que la Fundación O'Belén
hace de un “buen jefe" contarían con:
-Ofrecer una visión concreta de los procesos:Traslada su perspectiva y compartir con sus empleados la información.
-Ofrecer una visión concreta de los procesos:Traslada su perspectiva y compartir con sus empleados la información.
-Dar competencias: Forma, enseña, capacita y sabe delegar en los
miembros de su equipo.
-Desarrollar: Evalúa el desempeño de sus colaboradores. Premia los buenos resultados y ayuda y proporciona herramientas para a corregir los errores.
-Ser Optimista: Crea un buen ambiente de trabajo; se divierte trabajando y lo contagia.
-Desarrollar: Evalúa el desempeño de sus colaboradores. Premia los buenos resultados y ayuda y proporciona herramientas para a corregir los errores.
-Ser Optimista: Crea un buen ambiente de trabajo; se divierte trabajando y lo contagia.
¿Se anima a autoevaluarse?
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